¿Qué tan obvio es el trabajo del directivo?
Liderar personas y pertenecer a un equipo de trabajo el cual se centre en el logro de metas y desarrollo profesional, requiere de entender, primero, el trabajo como una práctica conversacional y, segundo, experimentarse en un contexto donde cada día se construye desde lo no obvio.
Convertir conocimientos y pensamientos en acción, amerita invariablemente de personas que miren cada una de ellas como un comienzo que solo se puede concretar a través de conversaciones, donde haya gente capaces de pedir, crear y cumplir promesas.
Si revisas tu agenda del día de hoy, identificarás que tienes múltiples conversaciones que sostener para que al final alguien o varias personas ejecute(n) la(s) tarea(s).
Retomemos lo referente a lo obvio o no de liderar. Si bien es cierto que usted está haciendo "supervisión", dirigiendo personas y abordando el trabajo partiendo de su área de expertise y/o experiencia, para hacer que sucedan cosas usted y yo sostenemos una infinidad de conversaciones con otros (aunque estemos trabajando en un equipo) que tienen que ver con la clarificación de lo que se quiere, plasmar ideas, identificar al individuo con su quehacer, motivar y encontrar entendimientos útiles para generar acción.
Tomemos como ejemplo un día clásico de trabajo: usted se sienta en su escritorio y timbra el teléfono donde se le plantea que hay un fallo técnico con la plataforma de información o que un cliente llamó porque no se sintió servido con la entrega de los productos. Automáticamente esto sucede, simplemente usted empieza un proceso conversacional que le llevará a la conclusión satisfactoria del pedido que le han hecho. Primero empieza por clarificar y entender de qué se trata lo solicitado, luego acordar que sería un cierre satisfactorio de lo no cumplido y luego sostendrá otras conversaciones para que una persona o equipo realice las tareas requeridas.
En cada una de las interacciones usted irá navegando y descubriendo situaciones, eventos, posiciones y barreras las cuales desde el lenguaje debe facilitar el replanteamiento de las personas para "moverlos" a abordar de forma distinta sus requerimientos. Es decir, no habrá descripción de puestos ni tiempo ocupando una posición que le garantice como realizará las interacciones con los demás. Por ellos se hace tan relevante entrenarse y poner atención a la parte humana. Esto no tiene que ver solamente con hacerlos sentir bien en el ambiente de trabajo (globos, pastel de cumpleaños, saludarlos, etc.), nos referimos a especializarse en influirlos, que se abran a la convesación y ellos sientan, al igual que usted, que eso es trabajo!